Juan León Mera, Tijeretazos y plumadas. Artículos humorísticos. (Quito: Academia Ecuatoriana de la Lengua, 2022). Reproduce en edición facsímil el texto publicado en 1903, tras la recopilación realizada por Trajano Mera y acompañada de una carta-prólogo de Don José de Alcalá Galiano, Conde de Torrijos.

Josué Morales Ochoa
josue.morales@uartes.edu.ec

Internacionalmente conocido por el éxito de Cumandá y en nuestro contexto por ser el autor del Himno Nacional, la figura de Juan León ha trascendido como uno de los pilares políticos y culturales de la nación. Ahora bien, la erudición y el talento de Mera le hicieron transitar, con gran facilidad, varios géneros literarios y artísticos: novela, cuento, ensayo, artículos periodísticos, crítica literaria e incluso es autor de una significativa obra pictórica[1]. Existe una cuestión paradójica en torno a la figura de Mera: su condición de canonización/escolarización ha provocado un borramiento de su trabajo menos conocido, provocando que el lector común (y, en algunos casos, el lector más erudito) ignore los diferentes artificios que Mera introduce en sus páginas. En un esfuerzo por dar a conocer los diferentes registros de la obra del autor, la Academia Ecuatoriana de la Lengua (AEL) decidió reproducir en el año 2022, a manera de facsímil, la colección de artículos humorísticos Tijeretazos y plumadas[2], junto con un esclarecedor ensayo introductorio de Diego Araujo Sánchez titulado “Un Juan León Mera desconocido”.

Tijeretazos y plumadas está compuesto por diecinueve artículos, publicados entre los años 1880 y 1890, que resultan un cruce genérico entre el (proto)cuento, la crónica, el texto/comentario periodístico y el artículo de costumbres. En ese sentido, el cuento ecuatoriano, como señala Ansaldo en una antología del cuento ecuatoriano:

Se gestó en el costumbrismo del siglo XIX, alimentado por esa vertiente alegre y crítica que nació en el periodismo y que se llama artículo de costumbres. Juan León Mera puso su cuota en esos inicios[3].

Aunque, como bien se sabe, el cuento ecuatoriano asume un rol protagónico en la década de 1930, Mera se anticipa con la utilización de recursos narrativos y un «[…] estilo suelto y desenfadado, propio de un escritor de dilatada experiencia, pero sobre todo, de un hombre seguro de sus convicciones».[4] En ese sentido, existe un cambio de registro de Mera: deja atrás el romanticismo ─a lo Chateaubriand─ de Cumandá y se acerca más, como afirma Barrera Valverde[5], a un realismo de corte costumbrista o naturalista, fusionado con una ironía y sátira (características ya esbozadas en Ojeada histórico-crítica sobre la poesía ecuatoriana) que tienen como objetivo de su crítica el cambio socio-cultural y político de la época.

Siguiendo las claves críticas que Araujo Sánchez desarrolla en el ensayo introductorio, en los diecinueve textos recopilados se puede notar la presencia constante del narrador-personaje que le habla de manera directa al lector, se establece una interlocución cómplice, un diálogo si se quiere; frases como: «Antes que me lo digas, amado lector»[6] se hacen presentes a lo largo de llas páginas de este libro. Asimismo, existen dos tendencias en los textos: las narraciones y los comentarios (crítica sociopolítica). Otro aspecto por destacar es la presencia de los pseudónimos con los que firmaba Mera los artículos: «Pepe Tijeras, Jenaro Muelán, Don Lucas, Geroncio… El perfil más definido es el de Pepe Tijeras, uno de los elementos integradores de la selección de artículos en Tijeretazos y plumadas».[7] En cuanto al uso del lenguaje, se podrá notar una mixtura entre un lenguaje castizo y el habla popular de la época. Esto puede llegar a ser una dificultad para el lector contemporáneo, pues algunos términos han caído en desuso y son anacrónicos.

Ahora bien, los tres primero artículos ─«Aventuras de una pulga contadas por ella misma», «Los prodigios del Doctor Moscorrofio» y «El alma del Doctor Moscorrofio»─ se caracterizan por su naturaleza y estructura propiamente narrativa, lo que puede resultar muy atractivo para el lector. En «Aventuras de una pulga…» Mera roza el cuento de ciencia ficción con la narración de Pepe Tijeras y la creación del micrófono-tijeras, un artefacto que permite escuchar la voz y lenguaje de los insectos: «Es natural que estés curioso de saber qué lengua hablan los insectos: voy á decírtelo: usan la lengua de la gente con la que viven».[8] Así, el narrador encuentra dos pulgas y les deja hablar sobre la vida en los cuerpos de diferentes personas. El texto despliega un humor irónico que deviene en un final moralizante. Por otro lado, los dos artículos dedicados al Doctor Moscorrofio abordan las hazañas médicas del personaje, haciendo un guiño literario a Frankenstein.

En cuanto a los artículos en los que predomina el comentario sociopolítico, se pueden encontrar reflexiones sobre lo acontecido en la época. Como comenta Araujo Sánchez, la intención del libro es la de «cortar malos hábitos y costumbres: meter la tijera y la pluma en las flaquezas humanas»[9]; sin embargo, la crítica de Mera estará permeada por su ideología de corte conservadora. En ese sentido, en una obra clásica sobre el pensamiento ecuatoriano, Hernán Malo[10] explica que el contexto ecuatoriano del siglo XIX estuvo marcado por la enardecida confrontación entre el liberalismo y el conservadurismo. La controvertida figura de García Moreno y su «garcianismo» se caracterizó por «[…] la persecución a los liberales, el jesuitismo, el concordato y la consagración del país del Sagrado Corazón de Jesús»[11]. Luego de la desaparición de García Moreno en 1875, el panorama político ecuatoriano, como afirma Gonzalo Ortiz Crespo[12], cambia hacia la tercera vía del «Progresismo», que tiene un éxito parcial, hasta el triunfo de la Revolución Liberal en 1895. Hay que recordar que la época en que Mera concibe estos artículos abarca el periodo de 1880-1890, años de la consolidación del liberalismo. Entonces, la pérdida de fuerza de los postulados conservadores ─la moral religiosa y el debilitamiento de la institucionalidad de la iglesia─ es lo que provoca el malestar de Mera y el blanco de sus ataques y sátiras fue la imperante Modernidad Liberal.

Un ejemplo del conservadurismo de Mera se puede encontrar con gran facilidad en el artículo «La civilización». El narrador-personaje se cuestiona el concepto de civilización en una época de cambio constante; la crítica comienza con la definición propuesta por el Diccionario de la Academia de la Lengua:

Con perdón de la Academia, esto me parece que es buscar la civilización en la cáscara […] ¿y si debajo de ese primor, elegancia y dulzura hay una alma huera y un corazón nada limpio?[13]

Lo que llama la atención de lo comentado por Mera es la utilización de los términos «alma» y «corazón limpio», haciendo alusión a las características de la moralidad religiosa. Unas líneas después, se dice lo siguiente: «La humanidad va abriendo los ojos, y ya ve bastante claro que las virtudes no son útiles y que, por consiguiente, no pueden constituir la cultura moderna».[14] En ese sentido, se evidencia un reduccionismo ideológico que alude que solo a través de la religión se puede llegar a ser virtuoso y, por ende, civilizado. Existe una ambivalencia con respecto al concepto de «Progresismo» en Mera, pues, como afirma en su tesis de maestría León Pesántez[15] , el autor de Cumandá apoya el progreso en el plano material y económico, y sin embargo, lo rechaza en el plano religioso/espiritual. Entonces, el anhelo de Mera es retornar a la época del apogeo conservador y la propugnación de unos valores y moralidad católica (posición que podría catalogarse como reaccionaria); no hay que olvidar la admiración y apoyo que sentía por García Moreno[16].

En general, Tijeretazos y plumadas es un libro que muestra una faceta diferente de un escritor al que se le asoció a una sola corriente literaria. En ese sentido, Mera se distancia de una figura acartonada y despliega todo su humor, ironía y sátira marcados por su profunda crítica al cambio sociopolítico de su época. Asimismo, su pensamiento e ideología aparecen en los textos, sobre todo haciendo alusión a la pérdida de la moral católica. Además de lo literario, los artículos de Mera dan cuenta de un tiempo de cambios en el país. Aunque el pensamiento y las declaraciones del autor puedan resultar controversiales, hay recordar lo siguiente: leer a cada autor en su contexto.

Bibliografía:

Ansaldo, Cecilia. Antología del cuento ecuatoriano. Quito: Santillana, 2011.

Araujo Sánchez, Diego. «Un Juan León Mera desconocido». En Juan León Mera. Tijeretazos y plumadas Artículos humorísticos. Quito: Academia Ecuatoriana de la Lengua, 2022.

Barrera Valverde, Oswaldo. «Tijeretazos y plumadas». En Julio Pazos Barrera (ed.). Juan León Mera, una visión actual. Quito: Corporación editora nacional, 1995

Gálves Acero, Marino. «Los tijerazos y plumadas de Juan León Mera». En Coloquio internacional “Juan León Mera”, Casa de Montalvo: Ambato, 1994.

León Pesántez, Catalina. «Las paradojas de lo americano y lo nacional en el pensamiento de Juan León Mera». (Tesis de maestría, Universidad Andina Simón Bolívar Sede Ecuador, 1999.

Malo, Hernán. «El pensamiento ecuatoriano en el siglo XIX». En Enrique Ayala Mora (ed.). Nueva historia del Ecuador. Volumen 8: Época Republicana II. Quito: UASB y Corporación Editora Nacional, 2018. 141-155

Mera, Juan León. Tijeretazos y plumadas. Artículos humorísticos. (Quito: Academia Ecuatoriana de la Lengua, 2022). Reproduce en edición facsímil el texto publicado en 1903, tras la recopilación realizada por Trajano Mera y acompañada de una carta-prólogo de Don José de Alcalá Galiano, Conde de Torrijos.

Ortiz Crespo, Gonzalo. «Panorama histórico del periodo 1875-1895». En Enrique Ayala Mora (ed.). Nueva historia del Ecuador. Volumen 7: Época Republicana I. Quito: UASB y Corporación Editora Nacional, 2018. 237-275

Notas:

[1] Jorge Jácome Clavijo (1994) afirma que Mera descubrió su habilidad para la pintura de manera casi simultánea con la escritura; asimismo, se conservan más de setenta obras pictográficas que se encuentran en la Quinta-Museo de Atocha y en propiedad de su familia.

[2]  Juan León Mera, Tijeretazos y plumadas. Artículos humorísticos. (Quito: Academia Ecuatoriana de la Lengua, 2022). Reproduce en edición facsímil el texto publicado en 1903, tras la recopilación realizada por Trajano Mera y acompañada de una carta-prólogo de Don José de Alcalá Galiano, Conde de Torrijos.

[3] Cecilia Ansaldo, Antología del cuento ecuatoriano, (Quito: Santillana, 2011), 9

[4] Marino Gálves Acero, «Los tijerazos y plumadas de Juan León Mera». En Coloquio internacional “Juan León Mera”, (Casa de Montalvo: Ambato, 1994), 8

[5] Oswaldo Barrera Valverde, «Tijeretazos y plumadas», En Julio Pazos Barrera (ed.), Juan León Mera, una visión actual, (Quito: Corporación editora nacional, 1995)

[6] Mera, Tijeretazos…, 63

[7] Diego Araujo Sánchez, «Un Juan León Mera desconocido», En Juan León Mera, Tijeretazos y plumadas Artículos humorísticos. (Quito: Academia Ecuatoriana de la Lengua, 2022), 13

[8] Mera, Tijeretazos…, 65

[9] Araujo Sánchez, «Un Juan León Mera…, 13

[10] Hernán Malo, «El pensamiento ecuatoriano en el siglo XIX», en Enrique Ayala Mora (ed.), Nueva historia del Ecuador. Volumen 8: Época Republicana II, (Quito: UASB y Corporación Editora Nacional, 2018). 141-155

[11] Malo, «El pensamiento ecuatoriano…», 149

[12] Gonzalo Ortiz Crespo, «Panorama histórico del periodo 1875-1895», en Enrique Ayala Mora (ed.), Nueva historia del Ecuador. Volumen 7: Época Republicana I, (Quito: UASB y Corporación Editora Nacional, 2018) 237-275

[13] Mera, Tijeretazos…, 204

[14] Mera, Tijeretazos…, 205

[15] Catalina León Pesántez, «Las paradojas de lo americano y lo nacional en el pensamiento de Juan León Mera», (tesis de maestría, Universidad Andina Simón Bolívar Sede Ecuador, 1999).

[16] Ver García Moreno, libro inédito (1904) y El héroe mártir: canto a la memoria de García Moreno [Folleto] (1876) escritos por Juan León Mera.

Para acceder al texto completo de Juan León Mera y a otras publicaciones de la Academia Ecuatoriana de la Lengua, dar clic aquí.